Qué vistas! El desayuno te hace soñar, aunque un poco básico, la decoración del lugar es espectacular, con obras de arte a cada paso. La terraza te invita a relajarte mientras disfrutas de su ambiente mágico. Además, el acceso al puerto y al casco histórico es simplemente perfecto.

Pero, a ver, cobran 10 euros por una taza de café que podrías preparar tú mismo. Y ojo, 80 euros por unas bruschettas y ensalada caprese sin menú. Eso sí, la atención varía, algunos son amables, pero a veces cuesta que te tomen el pedido. Todo brilla, pero faltan detalles.

La ubicación es perfecta para disfrutar de la

maravillosa vista al Golfo de Nápoles. El hotel está decorado como una galería de arte y todo es impecable. El desayuno a la carta es delicioso, aunque el servicio a veces puede ser un poco lento. Sin duda, un lugar excepcional para relajarse.

Vistas impresionantes desde la terraza.

El desayuno realmente no cumplió con las expectativas. Aunque a primera vista parecía atractivo, la variedad de alimentos y la calidad eran bastante limitadas. Además, el servicio en el restaurante a veces era lento, lo que arruinó la experiencia. Por último, la conexión a WiFi en la habitación era poco fiable, lo que hizo que fuera difícil mantenerse conectado durante mi estancia.

Desayuno excelente, pero la señal de wifi era muy débil en la habitación.

vistas impresionantes y decoración cuidada

La ubicación es ideal, con magníficas vistas al mar y una decoración artística que transforma cada rincón en una experiencia visual. Además, la terraza amplia ofrece un espacio perfecto para disfrutar de la tranquilidad con panorámicas asombrosas.

Sin embargo, la señal de wifi en la habitación no era constante.

Vistas espectaculares, decoración impresionante. Terrazas donde perderse y relajarse. Desayuno delicioso, aunque el servicio a veces un pelín lento. A ideal para desconectar e gozar, como un día de sol en la ría.